Written by Luis Eduardo Hernández

Sin duda, el libro que escribió Ignacio Larrañaga sobre de la vida de San Francisco de Asís, me ha tocado fibras muy sensibles. Este libro empieza contando su vida desde que es un joven despreocupado de la vida y llena de excesos hasta su muerte.

Francisco de Asís, decide vivir la vida sin ningún bien material a pesar de que su papá era un exitoso mercader. El camino que decidió tomar Francisco es el más difícil. Decidió vivir la vida basándose en la biblia y en las enseñanzas de Jesucristo.

Me pregunto, actualmente ¿Alguien tomaría este camino? Tener la humildad de despojarse de todo y ser el más pequeño de los hombres. Aquel que no tienen nada y no sabe nada.

El hombre normalmente está lleno de cosas y carga con sus títulos, creemos que eso nos hace importantes o nos ayudan a pertenecer. Pero ¿realmente importará?

En muchas ocupaciones, nuestra soberbia no nos deja ver con claridad, creemos que lo que vemos es lo que hay, nos sesgamos a pensar que todo lo que tenemos es normal y vivimos en burbujas pero cada persona vive realidades distintas y no sabemos nada.

Francisco pudo entender que la sabiduría no lo era todo o lo títulos. Lo más importante es estar conectados con el todo, para el seguir las enseñanzas de su Dios era el eje de vida. Entendió que no había nada más importante que ayudar a otras personas, cuidar del entorno que lo rodeaba y ser humildes.

Hoy en día, la humildad se ha perdido, todos queremos imponer nuestra voluntad y no nos damos cuenta del daño que podemos llegar a hacer. Somos más egoístas y no nos queremos sentir más pequeños que nadie. Tal vez, si nos despojáramos de nuestros bienes materiales y nuestros títulos personales, dejaríamos de tener tanto peso sobre nuestra espalda y empezaríamos a ser nosotros mismos, sin importar la opinión de los demás. Empezaríamos a vivir con sentido, como la vivió San Francisco de Asís.