Written by Juan Gustavo Daza Martínez
Después de un año en el que la FAA de Estados Unidos le ha quitado la categoría 1 en seguridad aeronáutica, han pasado hechos que de los que ya he hablado anteriormente y como estos tienen influencia en la aviación de nuestro país, ya sea para bien o para mal.
Durante este lapso anual en el que la reguladora estadounidense nos bajó de categoría, se han intentado en varias ocasiones recuperar dicha categoría reestableciendo la aeronavegabildiad en el espacio aéreo de la zona central del territorio mexicano considerando la incorporación del nuevo aeropuerto Felipe Ángeles el cual dio inicio de operaciones el pasado 21 de marzo. Ya con varias visitas de auditorias extranjeras y nacionales, la categoría no se ha logrado recuperar ya que la reestructuración de la aeronavegabilidad, la infraestructura con la que operan ambos aeropuertos y la administración por llevar a cabo mejoras para la aviación en general no han podido darle la calificación adecuada para que se pueda dar la recatogerización.
La demanda para el transporte aéreo ha ido en aumento estos últimos meses dentro de México después de que la pandemia y el número de casos tuvo una disminución importante y lo más probable es que, a pesar de que pueda existir una cuarta ola de contagios, la demanda no decrecerá y es donde el nuevo aeropuerto de Santa Lucía debe operar de una manera eficiente y dar resultados positivos los cuales muchos expertos han asegurado que variables como su ubicación, su infraestructura, su diseño en espacio aéreo e instalaciones no es la adecuada para cubrir las necesidades de flujo de pasajeros que se tendrá en un futuro.
Esta demanda ha tenido que ser atendida por aerolíneas extranejeras de Estados Unidos principalmente ya que, debido a la categoría 2, nuestras empresas aéreas no pueden tener los mismos permisos para entrar y salir a Estados Unidos con las frecuencias de antes.
Se tendrá que ir monitoreando el desempeño del nuevo aeropuerto ya que es, lamentablemente, una pieza clave para que los indicadores puedan tener un mejor desempeño a nivel nacional e internacional, tomando en cuenta la recuperación de la demanda que ha tenido el mercado mexicano estos últimos meses pero que muchas aerolíneas, empresas, servicios variados y hasta la IATA han tenido que verse obligados a darle usabilidad al AIFA para promover su funcionalidad y tener que darle la razón al gobierno actual.
Otro capitulo más en donde buenas noticias y proyecciones positivas a corto, mediano y largo plazo no son para nada buenas.